2/2
X
Capítulo 131
Capítulo 131
+25 BONUS
Celia intentó con todas sus fuerzas liberar su mano, pero no pudo. Después de esfuerzos en vano, terminó por reírse con ironía.
-César, ¿acaso no fuiste tú quien me pidió que mantuviera la distancia contigo para que nadie malinterpretara nuestra relación? ¿Qué pasa? ¿Incluso olvidaste tus propias palabras?
César tragó saliva. Era cierto que le había dicho eso. Él pensó que a ella tampoco eso le importaba…
Sin darse cuenta, la mano de César que sujetaba su muñeca se aflojó un poco.
-Qué buena memoria tienes.
-Sí, tengo buena memoria para algunas cosas. Tú ya las olvidaste, pero yo nunca podré.
Celia se soltó de una vez con fuerza, insinuando algo con esas palabras.
De hecho, lo había puesto a prueba numerosas veces, pero la respuesta de César siempre era el silencio. Ese período también había sido una verdadera pesadilla para él. El olvido podía ser el mejor resultado…
Con una sonrisa indiferente, Celia le sonrió.
-Está bien que sigamos como antes, cada uno por su lado. En cuanto a lo de hoy, agradezco que me hayas ayudado, pero era tu deber. Por lo tanto no te debo nada.
Sin esperar su respuesta, ella se fue sin volver la vista atrás. César se quedó parado en el jardín, con una sombra de remordimiento pasando fugazmente por sus ojos.
***
Fabio y Rosa regresaron cansados a casa de la clínica. En el camino, todos los vecinos los miraban con expresión extraña y cuchicheaban a sus espaldas.
Rosa conocía muy bien ese ambiente. Siempre que surgía algún rumor en alguna familia, la gente actuaba de esa
manera.
-Oye, Fabio, ¿han regresado de la clínica? Me enteré de que su hija es la amante de un hombre rico… ¿es eso cierto? -preguntó el dueño de un puesto callejero.
Él siempre fue un hombre directo y abierto, también era amante de los chismes. Al ver a la pareja, les hizo la pregunta sin dudarlo dos veces.
Al oír eso, tanto Fabio como Rosa se descompusieron.
—¡Qué disparate es ese! ¿Quién anda diciendo esas mentiras? ¡Mi hija no tiene nada que ver con la palabra ” amante“!
-Pero los rumores no surgen de la nada. Siempre dices que tu hija ya está casada, y en todo este tiempo nunca hemos visto a tu yerno por aquí, ¿cierto?
-Exacto. Donde hay humo, hay fuego. Si eso no es verdad, ¿cómo se habrían extendido tanto los rumores?
1/2
Capítulo 131
+25 BONUS
Fabio quedó sin palabras por la impotencia, así como la frustración de tener argumentos pero no poder usarlos
defenderse. Rosa lo tomó del brazo y, tras echar una mirada de advertencia a los presentes, declaró con
para firmeza:
–Es normal que los yernos que no visiten a sus suegros. ¿Acaso el yerno de Pedro ha venido a verlo? Además, al casarse, la joven pareja tiene su propia vida, no con nosotros, sus padres. ¿Qué importa si viene a visitarnos o no? Es nuestro yerno y punto, no un hijo adoptivo.
Las palabras de Rosa lograron enmudecer a los demás. Aprovechando la oportunidad, les advirtió con serenidad:
Verify captcha to read the content
Comments
The readers' comments on the novel: Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró