Capítulo 235
Dylan se abalanzó sobre César, listo para pelear. César, con um brazo alrededor de Celia, le lanzó un puñetazo con el otro. Al recibir el golpe, Dylan tambaleó hacia atrás, llevándose la mano a la nariz que ya empezaba a sangrar.
-¡Dylan!—Celia se liberó del agarre e intentó acudir en su ayuda, pero César la sujetó con demasiada firmeza. En ese instante, ella le dio una cachetada. ¡César Herrera! ¡Basta ya!
La cabeza de César se giró levemente por el impacto. Luego, volvió a mirarla sin inmutarse.
Celia se le acercó a Dylan y lo ayudó a levantarse.
-¿Cómo estás? – Se preocupó.
-Estoy bien. No te preocupes. -Dylan se limpió la sangre de la nariz y miró a César-. Desprecio a los hombres que solo saben obligar a las mujeres.
César entrecerró los ojos, emanando un aura peligrosa.
-Lo de nosotros no tiene nada que ver con un extraño.
-Me parece que tú eres el extraño, ¿no? -refunfuñó Dylan-. Con esa apariencia elegante, bien vestido, probablemente solo eres un acosador perturbado.
César se ajustó el puño de la camisa. Al oír esas palabras, soltó una risa con desdén. Era la primera vez que alguien lo describía así… En ese momento, Nicole y varios guardaespaldas llegaron corriendo.
-Jefe.
Tras saludar a César, ella miró a Celia y a Dylan, asintiendo levemente hacia la primera como un gesto de saludo.
-Señora Herrera.
Dylan no esperaba que este hombre fuera de la familia Herrera, luego se sorprendió por el titulo que Nicole había usado para Celia. Miró a Celia, boquiabierto.
-¿Él es tu…?
Exesposo respondió Celia sin alterarse.
Dylan asintió y comprendió todo.
-¿Exesposo? -César clavó su mirada penetrante en ella, con los ojos enrojecidos. Yo no he firmado el acuerdo de divorcio.
-Nuestro matrimonio murió hace mucho. ¿Qué sentido tiene seguir arrastrándolo? – Celia tomó
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Capitulo 235
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aire, enfrentando su mirada–Cheat Herrera, catarme contigo fue la pent decisión de mi vida.
Sin esperar su respuesta, intentó llevarse a Dylan
Celia – Ja llamó César desde atrás.
Ella se detuvo, pero no se volvió.
Ya me entere de toda la verdad.
Celia contuvo la respiración. ¿A qué se refirió con la “verdad“? ¿A las acciones de Sira? Se volvió hacia
él, impotente.
-¿Solo ahora empiezas a sospechar de Sira? ¿Hasta ahora conoces la verdad? ¿No crees que es demasiado tarde? -lo interrogó.
El apretó un poco los labios.
-Ya te dije la verdad hace mucho, pero tú lo negaste rotundamente.
Ella citó sus propias palabras para replicarlo… Cada una de estas palabras le parecía un cuchillo clavado en su corazón, causándole un dolor sofocante.
-Siempre creíste solo en lo que querías creer. Ahora mi familia fue destruida por completo, ¿y me dices que finalmente te enteraste de la verdad? ¡Ya es demasiado tarde!
La voz de César se quebró. Instintivamente, dio un paso hacia adelante y pronunció su nombre:
-Celia…
Ella retrocedió para mantener la distancia.
-No te acerques. César… te lo ruego… Por favor, déjame en paz, ¿sí?
Celia tomó del brazo a Dylan y se alejaron, dejando a César en su lugar. Él observó cómo ellos se marchaban. En sus ojos ya se notaba la profunda tristeza.
Celia caminó sin rumbo, olvidando incluso que aún sostenía el brazo de Dylan.
-Celia, no te preocupes. No nos siguen. -Dylan no pudo evitar recordárselo.
Ella volvió en sí y soltó su muñeca.
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