Capítulo 252
Celia y su equipo se concentraban por completo en la cirugía. Su incisión fue rápida y precisa: primero, cortó la piel a lo largo del borde anterior del músculo
esternocleidomastoideo; luego, disecó el tejido en capas; al final, expuso la bifurcación de la
arteria carótida.
Ni siquiera necesitaba instrumentos especiales para ayudar a ver el tejido. Podía lograr incidir la pared vascular longitudinalmente sin dañar ni el nervio vago, ni el nervio hipogloso ni la arteria tiroidea superior. También podía eliminar la placa y el tejido íntimo con la visión dada por el microscopio.
Era la primera vez que el equipo trabajaba con ella y todos quedaron asombrados por su
técnica de disección casi intuitiva. Esa operación era algo que ni los cirujanos más veteranos
se atreverían a intentarla.
-Controlen la presión arterial. —Indicó Celia sin levantar la vista.
Las enfermeras y el anestesiólogo vigilaban con cautela los monitores, temiendo que las fluctuaciones tensionales provocaran algún problema inesperado. Todo el procedimiento
tomó solo tres horas, treinta minutos menos de lo previsto. Tras suturar la incisión vascular, Celia liberó las arterias carótida común, carótida interna y tiroidea superior que habían sido pinzadas.
Al confirmar que el flujo sanguíneo era normal, la cirugía terminó como un éxito definitivo. Iris esperaba fuera del quirófano. Pronto la luz quirúrgica se tornó verde y una enfermera
salió.
-¿Cómo está la situación?-preguntaron Iris y su hijo al unísono.
La enfermera les sonrió.
-La cirugía fue exitosa. Pero tendrá que quedarse en UCI durante tres días para monitorear las posibles complicaciones. Si no tienen otros problemas, lo trasladaremos a habitación regular.
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2:46 PM Sat 18 Oct
Caphoto 252
-¡Con que la cirugía haya tenido éxito es suficiente! -respondió Iris aliviada.
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Cuando Celia salió del quirófano, ella se le acercó a agradecerle. Paula, quien estaba parada a distancia, evitó su mirada con culpa. En ese momento, Nicole salió del ascensor con dos oficiales de policía, dirigiéndose hacia ellos. Antes de que Celia pudiera reaccionar, los,
policías les preguntaron:
-¿Quién es Paula Ramos?
Ella palideció al instante. Antes de que pudiera responder, su mamá intervino:
—Es mi hija. Oficial, ¡mi hija no ha hecho nada malo! ¿Qué ocurrió?
El oficial les explicó:
—Señora, su hija está acusada de difundir rumores en línea, de difamación y de violación de
derechos de imagen al publicar las fotografías sin autorización. Causó daño a la reputación
de una doctora. Necesita ir a la comisaría con nosotros.
Iris se quedó estupefacta y desconcertada ante esas acusaciones. Se volteó hacia Paula para preguntarle:
-¿Qué rumores difundiste?
-¡Yo… yo no hice nada! -Quiso negarlo, pero Nicole presentó evidencia.
-Esta es tu cuenta de redes sociales, ¿cierto? La verificación con tu nombre coincide.
La cara de Paúla perdió por completo el color.
-¿¡Estás loca!? Tu padre está hospitalizado y me causas estos problemas ridículos… ¡Qué vergüenza! -Iris levantó la mano para golpearla, pero los oficiales la contuvieron.
Ella bajó la cabeza. Sin ofrecer explicaciones, siguió a los policías. A Iris no le importaba si lo había hecho. Solo sabía que su hija le había creado problemas y la había avergonzado.
-Disculpen las molestias. Mi hija está en una fase rebelde. Quizás la policía pueda darle una lección. Se disculpó sonriendo.
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The readers' comments on the novel: Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró