Capítulo 39
Capítulo 39
+25 BONUS
Cuando Celia llegó a casa, mostró un sofocante cansancio. Recibió un mensaje de Samuel. Aunque él le había informado a los directivos sobre lo ocurrido con Felipe, ellos solo le dieron una advertencia sin mayores
consecuencias.
Para ser honesta, el resultado no la sorprendió. Como el paciente había salido ileso del quirófano, era de esperar que los directivos no le dieran castigos severos a Felipe.
No respondió el mensaje. Sacó del bolsillo el papel arrugado. Tras mirarlo fijamente por unos segundos, lo hizo pedazos y lo arrojó al basurero.
A la mañana siguiente, el timbre del celular la despertó. Entre sueños, extendió la mano cautelosa buscando el celular en la mesita de noche y respondió sin mirar quién llamaba.
-Señorita Sánchez, ¿ya está despierta?
Esa voz femenina… Miró a la pantalla. ¡Era Nicole!
-¿Nicole? ¿Dime qué ocurrió?
-¡Sus padres ahora están causándonos problemas en la empresa por el caso de su hermano! El jefe pidió que viniera a resolverlo de inmediato le explicó Nicole.
El cerebro de Celia aún no despertaba por completo cuando escuchó las palabras. Para cuando reaccionó, Nicole ya había colgado.
¿Fabio y Rosa estaban en la empresa de César? ¿Por qué de repente fueron allí? ¿Le habría pasado algo grave con Carlos?
No tenía tiempo para reflexionar. Tras arreglarse a toda prisa, se dirigió al edificio de Haus sin desayunar.
Mientras tanto, en el Departamento de Administración de Haus, César estaba sentado tras el escritorio, revisando atento los documentos.
Fabio y Rosa permanecían de pie frente al escritorio, con actitud sumisa.
-César, somos familia. Por este vínculo que nos une, te suplicamos que dejes en paz a Carlos… ¡Él no puede tener antecedentes penales!
Fabio siempre había soñado con que su hijo, aprovechando la influencia de César, ingresara al servicio público y fuera un funcionario importante. Así, cuando Carlos ascendiera, los Sánchez entrarían en los círculos de la alta sociedad, obteniendo de esta manera el honor familiar.
Pero todo su sueño se desvanecía ante la realidad. Con antecedentes penales, sería imposible que Carlos ingresara al gobierno. Además, conocía bien a su hijo; Carlos no tenía talento para los negocios…
Rosa secundó las palabras con una sonrisa forzada.
-Es cierto, César. Carlos también es tu hermano politico. Por favor, perdónalo.
Nicole observaba atónita la escena. Nunca los había visto tan humildes, ni siquiera cuando su propia hija
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Capítulo 39
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enfrentaba dificultades…
César cerró la carpeta y la dejó sobre el escritorio.
-¿Qué familia?
La pareja se sobresaltó ante su tono, mientras el joven continuaba con voz impasible.
-¿Cuándo lo acepté?
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