Capítulo 414
Sira se quedó quieta al instante. Miró la pequeña foto en el suelo, y las palabras “prueba de paternidad” le resultaroni tan deslumbrantes como dolorosas.
La cuidadora, al ver la situación, se acercó y le recogió el documento del suelo. Al ver que era una prueba de paternidad, ella se lo acercó con sorpresa. Sira ni siquiera intentó tomarlo, solo desvió la mirada con miedo.
-¡No quiero verlo! ¡Es falso, todo es falso! ¡Tíralo a la basura!
Al ver que la cuidadora vacilaba, Sira se llevó las manos a la cabeza y comenzó a gritar.
-¡Todo es una mentira! ¡Seguro es una mentira! ¡Quítalo de mi vista!
Sus gritos llenaron toda la sala de la UCI. Los enfermeras y médicos acudieron rápidamente, junto con el policía que estaba fiera
Sira, debido a la hiperventilación, sufrió alcalosis. Las enfermeras le colocaron oxígeno de inmediato. El policía preguntó que había pasado, pero los médicos y enfermeras tampoco estaban al tanto, hasta que la cuidadora le entregó el documento al policia.
-Parece que fue por esto…
El policía revisó el documento y miró a Sira. De pronto, lo entendió todo.
***
Celia acababa de llegar al edificio de cirugía. En el pasillo lleno de gente, una figura alta y oscura bloqueó su camino. Ella se sobresaltó.
Frente a ella estaba Nicolás, vestido completamente de blanco. Él parecía el tipo de caballero distante y elegante que siempre aparecía en las novelas.
Celia sonrió y lo saludó:
-Buenos días.
Él asintió también con una sonrisa.
-Después de todos estos días, ¿ya recordaste lo que te mencioné aquel día?
Ella se quedó sin palabras, sintiéndose un poco avergonzada.
-La verdad es que no…
No sabía si era su imaginación, pero vio que una sombra de decepción cruzó por los ojos de Nicolás, aunque desapareció en u
santiamén.
-En tus ojos siempre solo está César Herrera.
-Es que no lo recuerdo, en serio… -murmuró Celia, luego le preguntó-: ¿Por qué no me das una pista?
Nicolás se rio con amargura.
-Si no lo recuerdas, déjalo. Probablemente ni en un año o medio lo recordarías.
Ella se quedó muda. De hecho, sin ninguna pista, ini en varios años lo recordaría!
-Ven a la casona de la familia Gómez mañana -dijo él.
-¿Yo?
Nicolás asintió y luego desvió la mirada.
Capitulo 414
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-Es idea de mi abuelo. Solo te lo notifico. Depende de ti si vienes o no.
Antes de que Celía pudiera decir algo, Nicolás pasó junto a ella y se alejó. Ella lo siguió con la mirada, sin saber por qué Antonio la
invitaba a su casa…
Al día siguiente, Celia llegó a la casona de los Gómez alrededor de las diez de la mañana. Se detuvo frente a la puerta principal del patio, dudó un momento antes de presionar el timbre. La voz de la empleada sonó por el interfono.
-¿Quién es?
-Hola, soy Celia Sánchez. El maestro Gómez me citó.
-Usted es la señorita Sánchez, ¿cierto? Espere un momento, por favor. Enseguida le abro la puerta.
La puerta se abrieron automáticamente. Cuando Celia entró en el patio, la empleada salió apresuradamente a recibirla -Bienvenida, señorita. ¡El joven señor ya nos lo dijo! ¡Pensamos que vendría más temprano!
Ella parpadeó confundida.
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The readers' comments on the novel: Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró