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Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró novel Chapter 44

Capítulo 44

Celia contempló el documento de degradación sobre el escritorio. Su expresión se tornó sombría. Como médica especialista, técnicamente tenía un título por debajo del nivel de Sira, quien era la directora. Pero gracias a los privilegios especiales que Samuel le había otorgado, nunca había tenido que reportarse a ningún jefe de departamento en el pasado.

Sin embargo, el documento llevaba la firma de Samuel… Era evidente que esta fue una decisión tomada con el permiso de los directivos. Y, solo una persona tenía esa influencia: César. Apretó el papel hasta arrugarlo, sintiendo cómo la ira se extendía por su pecho.

-Doctora Sánchez, ¿cómo está? -Felipe se burló de ella con desprecio.

Desde que Celia recibió los privilegios de Samuel, él la había despreciado. Había trabajado quince años en la clínica, ¿con qué derecho una simple recién graduada lo superaba en solo tres años?

Al principio asumió que ella tendría conexiones poderosas, por lo que se vio obligado a aguantar las injusticias, hasta que Sira llegó a la Clínica Central con el respaldo de César. Al confirmar que César desaprobaba por completo a Celia, Felipe decidió no seguir ocultando su desprecio. ¿Qué influencia podría tener ella en comparación con el imperio Herrera?

Celia leyó brevemente el documento y lo arrojó con rabia de vuelta al escritorio.

-¿Por qué debería compartir contigo mis sentimientos?

Después de decir estas palabras, pasó junto a Felipe y regresó a su oficina. Felipe observó perplejo cómo ella se alejaba.

-¡Maldita maleducada! Veremos cuánto dura esa arrogancia tuya -murmuró con rabia.

***

A altas horas de la noche, Celia finalmente llegó a casa demasiado agotada.

La luz de la sala estaba encendida. Se detuvo justo en la entrada, divisando la figura de César sentado muy tranquilo en el sofá. Tenía una bata y su cabello estaba húmedo, con las gotas de agua que brillaban bajo de la luz

tenue.

Él notó su llegada y miró de reojo su reloj de pulsera.

-Ya es muy tarde.

Ella se quító los zapatos, sin responderle en lo absoluto,

-¿Por qué no atendiste mis llamadas esta mañana?

-Estaba en cirugía -le dio una respuesta un poco seca y luego se dirigió directo a la habitación.

Esa actitud desagradó de cierta manera a César. Él se levantó del sofá y la siguió,

-Estarás bajo la supervisión de Sira temporalmente. Más allá de sus diferencias, espero que aprovechen la oportunidad para tratar de reconciliarse. Entonces, controla ese horrible temperamento tuyo, ¿me explico?

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Ella se detuvo en seco frente al armario y se dio la vuelta para mirarlo.

-¿Crees que el problema entre Sira y yo son simplemente diferencias?

-¿Y qué más sería?

Su actitud reflejaba que no tenía duda alguna al respecto, lo que contrastaba con su anterior insistencia en mantenerla lejos de Sira. Ese cambio la hizo reír.

-César, ¿no tienes miedo de que le revele nuestra relación?

Como era de esperar, la expresión de César se tornó sombría. Sus dedos largos acariciaron pensativo el reloj mientras fijaba en ella una mirada afilada en ella.

-Celia, no pruebes mi paciencia. Nadie puede tener todo lo que quiere en esta vida.

Tenía razón… Nadie puede tener todo lo que quiere.

Esa frase la hizo sentir de nuevo un profundo dolor en el corazón. De hecho, ella nunca había obtenido nada de lo que quería…

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