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Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró novel Chapter 51

Capítulo 51

-César, ya no quedan camas portátiles para acompañantes. ¿Qué te parece si compartimos una esta noche?

Él no le respondió. A ella tampoco le importaba cuál sería su respuesta. Sira reunió valor y extendió la mano para quitarle la chaqueta.

Llevaba mucho tiempo anhelando hacer el amor con él, desde que ambos alcanzaron la mayoría de edad. Siempre había querido experimentar la alegría de poseerlo. Si tan solo César hubiera accedido a estar con ella, no habría ido a pedirle ayuda a ese hombre, ni se habría quedado embarazada.

Qué estúpida había sido en el pasado. ¿Incluso había abandonado a César por ese hombre despreciable?

Cuando le desabotonó el tercer botón, César le sujetó la mano. Ella se puso nerviosa, esperando con la cara sonrojada.

-César…

Sin embargo, él apartó su mano. Ella se sorprendió y su sonrisa desapareció.

-No debemos hacer esto-él le dijo mientras se abrochaba el botón y se levantaba con calma-. Osqui ya se durmió. Mejor me voy.

Antes de que Sira pudiera reaccionar, César ya había salido del pabellón, dejándola inmóvil y pálida, con una enorme vergüenza. En su corazón, el rencor y la envidia hacia Celia crecieron mucho más.

***

Al día siguiente, Sira creó un nuevo grupo de chat de trabajo. Y avisó a todos los colegas del departamento, excepto a Celia. Por esta razón, Celia llegó tarde a una reunión importante a las nueve de la mañana.

Felipe estaba dando un discurso cuando la vio llegar. Inmediatamente, la regañó, como si ya tuviera las palabras preparadas.

-Doctora Sánchez, ¿estaba tan ocupada que no vio los mensajes? ¿No sabía que había una reunión a las nueve? Aunque el director confía mucho en usted, eso no debe ser una razón para faltar al respeto a las normas. El hospital no es su casa.

Al escuchar sus palabras, varios de los directivos presentes se mostraron descontentos, mientras otros comenzaron a murmurar reproches.

Celía no les explicó nada, solo se sentó en su lugar,

-¡Doctora Sánchez! ¡Le estoy hablando! ¿Y me responde con esa actitud?-la cuestionó Felipe, sintiéndose ofendido por ser ignorado.

Nunca esperó que Celía se atreviera a tratarlo con tal falta de respeto frente a los directivos. ¡Esta vez no tendría otra oportunidad!

Celia levantó la vista y le respondió con calma.

-Doctor Fernández, sí es así, ¿por qué no pidió que me informaran sobre esta reunión con anticipación?

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Felipe no supo cómo responderle, así que miró a Sira, quien estaba sentada en las primeras filas, buscando ayuda.

Sira echó un vistazo a Celia con falsa pena.

-Celia, recuerdo haber avisado a todos en el grupo.

De hecho, no la había incluido en el grupo, ni permitió que nadie le informara sobre la reunión. Así, Celia definitivamente llegaría tarde.

Incluso si tuviera excusas, no cambiaría el hecho de que había llegado tarde, especialmente a una reunión con los directivos presentes, sin mencionar que le había respondido a Felipe con esa actitud. Con todo lo ocurrido, le sería difícil conseguir un ascenso.

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