Capítulo 229
¿Por qué fue ella…?
César ya no sabía cómo describir lo que sentía en ese momento. Hacía seis años, debido a la decisión de Valeria, él había cargado una profunda culpabilidad hacia Sira; al mismo tiempo, ahora se había enterado de todo lo que ella le había hecho a Celia… El remordimiento se entrelazaba con el asco y el odio que brotaban al conocer la verdad, desgarrando su interior. 2
Al principio, había estado decidido a hacer que Sira pagara el precio para poner fin a este capítulo de una vez por todas. Pero el resultado que acababa de obtener…
Nicole, al ver su conflicto interno, murmuró para sus adentros:
-En el pasado la favoreciste tanto… Ahora… mereces el castigo.
César le lanzó una mirada de advertencia tras recuperar la compostura. Se dirigió al sofá y arrojó una carpeta sobre el escritorio.
-Tenemos un proyecto en Rivale el próximo mes, ¿cierto? -preguntó.
Nicole volvió en sí y asintió. 1
-Sí, pero, usted lo canceló.
Él giró la alianza de matrimonio en su dedo anular mientras decía:
-Ya no. Adelanten el proyecto.
Nicole intuyó que iría a Rivale. Dudó un instante antes de preguntarle:
-¿Y lo de Sira…?
-Haz que la vigilen.
Nicole no se atrevió a decir más y salió con rapidez de la oficina. La mirada de César se posó en su alianza, volviéndose cada vez más impenetrable. En su diccionario, ¡la palabra “divorcio” no existía!
***
En Rivale, la tormenta duró toda la noche. Un relámpago blanco iluminó casi la mitad del cielo de repente, seguido por un trueno que despertó a Celia de un salto.
Encendió la lámpara de la mesita de noche. La habitación en oscuridad se llenó enseguida de una cálida luz amarilla. El reloj digital marcaba las cinco de la mañana. Celia se pasó la mano por la frente, que ya estaba empapada en sudor de susto: hacía años que no tenía esa pesadilla. No esperaba volver a soñarlo…
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Capitulo 220
+25 BONUS
Al amanecer, la lluvia cesó. Celia, tras dormir mal, llegó a la oficina exhausta y en muy mal estado.
Aurora le pidió a Dylan que la ayudara a familiarizarse con el departamento.
-Hoy te ves pálida. ¿Te sientes bien? -preguntó Dylan con preocupación mientras caminaban.
Ella negó con la cabeza, forzando una sonrisa.
-Es mi primer día en un entorno nuevo. Estaba nerviosa y no dormí bien.
-¿Dónde trabajabas antes?
-En la Clínica Central de la capital.
-¿En la capital? Debe ser genial allí, ¿no? -Dylan la miró, confundido-. Mucha gente que conozco se mudó allí para progresar en su carrera.
Celia sonrió con amargura.
-Sí, la capital es buena, pero… el ritmo de vida no era para mí.
-Ah, tiene sentido. -Asintió Dylan-. Rivale es mucho mejor, con un ritmo plano y relajado.
Recorrieron la unidad de hospitalización y la UCI. Dylan mencionó que un paciente llevaba más de tres años en estado de muerte cerebral, mantenido con vida por un respirador porque su familia se negaba a aceptar la realidad. Por suerte, tenían dinero para mantener su vida de esa manera. De otra forma, ya le habrían celebrado un funeral.
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Comments
The readers' comments on the novel: Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró