Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró novel Chapter 274

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Capítulo 274

Tras la partida de los familiares del paciente, él se volvió hacia su mirada.

-¿Por qué me miras así?

Ella volvió en sí. Sonrió para cambiar de tema.

-¿Conoces a los familiares de mi paciente?

-Tuvieron cita conmigo. —Asintió con la cabeza.

-Con razón…

-¿Con razón qué?

—Digo, quien sería tan amable de prepararme el plan quirúrgico —dijo ella, manteniendo la

sonrisa.

Él la miró. Cuando iba a decir algo, una enfermera se les acercó.

-Doctor Gómez, una señorita apellidada Núñez solicita verlo.

Apellidada Núñez… Ella entrecerró los ojos. ¿Sería Sira? Él notó su cambio de expresión y preguntó:

-¿Debo recibirla?

Ella parpadeó, confundida.

-¿Por qué necesitas mi opinión?

-¿No son ustedes muy “cercanas”? -Bromeó él.

Celia no le respondió, así que no siguió con esa broma.

-¿No quieres saber para qué me busca?

Antes ella no estaba interesada. Pero Nicolás había despertado su curiosidad. Él accedió a

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ver a Sira. Celia también estaba presente, escondida en el baño del despacho de él. Al enterarse de que accedió verla, Sira se retocó el maquillaje en el ascensor. Siguió a la enfermera y llegó a la puerta del despacho de Nicolás. Arregló su apariencia antes de entrar

con una sonrisa.

-Doctor Gómez, encantada de conocerlo. Soy Sira Núñez.

—

Se presentó.

Nicolás la miró, indicándole asiento con actitud profesional.

—¿Alguna molestia?

La expresión de la mujer se tensionó, pero aún podía mantener la sonrisa.

No. Vine por usted.

-No nos conocemos. ¿Para qué me busca?

-De hecho, soy estudiante del doctor Adler y amiga de Alfredo. Él me dijo que crecieron

juntos y son mejores amigos.

Mientras hablaba, se pasó el cabello detrás de la oreja, mostrando una expresión coqueta.

-El señor Antonio Gómez y mi profesor colaborarán en el proyecto de nanoterapia. Ya que seremos socios, creo que podríamos… relacionarnos un poco.

Celia entrecerró los ojos. Recordó que ese día Izan había intercedido por Sira. Resultó que

ella era su estudiante. Nicolás jugueteó con su pluma, despreocupado.

-No participo en ese proyecto. Debería buscar al viejo señor Gómez, no a mí.

Sira no esperó su rechazo. Se apresuró a explicar.

-Eso no importa. Podemos hacernos amigos.

-No necesito amigos. No me faltan.

La frase la dejó con gran vergüenza. Como lo que Alfredo le había dicho, ¡ese tipo era difícil

de tratar! De inmediato, ella puso expresión inocente y mostró lástima.

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Capítulo 274

-Señor Gómez, ¿entre nosotros hay algún malentendido?

Celia conocía esa artimaña. Funcionaba muy bien con César.

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