Capitulo 276
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Capítulo 276
Durante el receso de la reunión, Celia fue al baño. Al verla levantarse, Sira la siguió. En los lavabos, cuando ella levantó la vista, vio a la mujer en el espejo.
-Me esperabas a propósito, ¿cierto? -preguntó Celia con calma.
Sira sacó su lápiz labial.
—Sí, ¿y qué? Después de todo lo ocurrido, ¿aún no entiendes la diferencia entre nosotras?
-¿Todo lo ocurrido? Tú fuiste la causante de todo, ¿no? – Sacudió las gotas de agua de sus manos, impasible-. Aún me debes dos vidas.
La expresión de Sira se tensionó. Cerró el labial y se volvió para mirarla.
—Puedes decirlo así, pero, ¿tienes pruebas? Incluso César no me ha hecho nada. ¿Qué podrías hacer tú?
Ella la agarró de la muñeca, emanando un aura intimidante.
-¿Qué crees que podría hacerte?
-¿Qué, acaso quieres golpearme…?
Apenas terminó sus palabras, Celia le dio una cachetada. La cabeza de Sira se ladeó por el golpe. Al reaccionar e intentar devolver el golpe, Celia interceptó su brazo.
-¿Recuerdas a la enfermera, Ana?
El forcejeo de Sira se detuvo bruscamente al oír el nombre.
-Me enviaste en persona esa evidencia. Estoy muy contenta.
Dicho esto, soltó su mano y salió del baño sin mirar atrás, dejándola pasmada, con el semblante sombrío. ¡Había olvidado a esa persona! No, ¡nunca permitiría que Celia la
amenazara!
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2:53 PM Sat 18 Oct
Capitulo 276
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Tras la reunión, Celia salió del edificio con Antonio y otros, riendo y conversando. Nicole la había estado esperando frente al auto. La ventana trasera descendió, revelando la cara del hombre dentro. Algunos conocidos se acercaron a saludar a César y conversaron. Antonio y Celia permanecieron en su lugar, sin moverse. Él se volvió para hablar con Celia.
-Quiero encomendarte la coordinación del proyecto de nanoterapia.
Ella se sorprendió.
-¿Me encargaré de eso sola?
-Claro que no. Juan te ayudará. Si es necesario, Nicolás también te ofrecerá ayuda.
Juan era su asistente.
-¿El doctor Gómez? Dijo que no participaría en este proyecto, ¿no es así? -Estaba
confundida.
-Cierto -asintió Antonio-. No sé por qué, pero hace dos días se interesó.
Celia guardó silencio. En ese momento, César y Nicole se acercaron.
—Buenas tardes, maestro Gómez. Dicen que tiene muy espectaculares opiniones en cuidar la salud. Eso parece ser cierto, porque se le ve aún más radiante hoy. -Saludó César con
cortesías.
-Señor Herrera, sabes muy bien decir palabras bonitas. -Suspiró Antonio con desinterés.
César sonrió mientras respondía:
-Hace días, el señor Ruiz me dio una hierba muy especial que es buena para la salud. Quiero regalársela. Nicole la enviará a su casa más tarde.
-Es demasiado valioso. Temo no merecerlo.
-Solo un regalo valioso corresponde a su estatus.
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Capitute 2
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The readers' comments on the novel: Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró