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Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró novel Chapter 312

Capítulo 312

Valeria y Víctor se alojaron en un hotel internacional al llegar a Rivale. El propósito de su visita era el proyecto de nanomedicina.

Cuando Celia y César llegaron, vieron al equipo del doctor Izan Adler conversando con Valeria en el amplio salón de banquete. Aunque Valeria no dominaba el inglés, su hijo, que era diplomático, actuaba como intérprete, permitiéndole conversar sin problemas con Izan.

Una persona a su lado le susurró algo a Valeria y ella miró a los recién llegados. Sus ojos se llenaron de una sonrisa con cariño.

-Celia, César, cuánto tiempo.

-Abuela, padre-Celia aún los saludó con mucho respeto.

Mientras César no firmara los papeles del divorcio, ella seguía siendo su esposa.

Víctor le respondió con un breve gesto de cabeza.

-¿Cómo te ha ido en Rivale?

-Todo bien, gracias ella le sonrió.

-Celia, supongo que ya conoces al doctor Adler, ¿cierto? —dijo Valeria tomando de su mano.

, ya lo conozco —asintió.

Izan también comentó sonriendo:

—Ella me impresionó mucho. Más tarde supe que era estudiante de Antonio Gómez.

Después de una breve charla, todos se dirigieron a la mesa. De pronto, Valeria le preguntó a Izan por su estudiante. Celia alzó ligeramente la cabeza y lo miró.

Ella no es exactamente mi estudiante. Me interesó su artículo, pero su integridad pareceCuestionable. Es una lástima -explicó Izan.

Valeria mostró comprensión.

-Ah, qué lástima

Aburrida, Celia dibujaba círculos en su plato limpio con sus dedos. Al oír esto, dejó escapar una risita.

-Sí, Sira tiene un artículo muy impresionante. Sus opiniones sobre el trasplante de células madre neurales de hace diez años que aún son muy avanzadas incluso en hoy.

César la miró en silencio.

-¿Qué? -se sorprendió Valeria y le preguntó a Izan-: ¿Su estudiante es Sira Núñez?

-Sí.

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Capítulo 312

+25 BONUS

Valeria soltó una risa incrédula.

-¿Cómo podría ella?

-Abuela, César lo sabe. Después de todo, fue Sira quien lo admitió públicamente.

Después de que Celia terminó de hablar, la expresión de César se oscureció. Él lo sabía

Valeria le lanzó una mirada a César para pedir confirmación. Él apretó los labios y lo afirmó sin más remedios.

-Sí, es cierto. Lo admitió públicamente.

Celia sonrió y continuó:

-Aunque la integridad de Sira es dudosa, al menos es una doctora genio. Si pudiera ser una alumna formal del doctor Adler, habría tenido un futuro prometedor. Si pudiera continuar trabajando en el proyecto de nanomedicina, sin duda sería una gran ventaja para nosotros.

César entrecerró los ojos, comprendiendo su ironía, pero sin impedirla.

-Niña, ¿hablasen serio? -Valeria no podía creerlo.

-Abuela, por supuesto que hablo en serio ella no vaciló en absoluto.

Valeria guardó silencio. Izan, que no entendió la insinuación detrás de estas palabras, captó la información que Celia había elogiado las habilidades de Sira.

-Tienes razón. Si ella pudiera unirse al proyecto, sería de gran ayuda para nosotros -hizo eco.

Celia tomó su vaso de agua, con un destello de frialdad cruzando sus ojos que nadie notó.

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