Login via

Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró novel Chapter 332

Capitulo 332

Capítulo 332

+25 BONUS

Al anochecer, César cenaba con Enzo y Celiana en un restaurante. Ella adulaba tanto a César que hasta los meseros la notaban con facilidad. Enzo, que también se percató de eso, dejó de cortar su filete y arrugó el ceño.

-Debes portarte con decoro. -Le advirtió.

-Entendido, ¡papá! -Ella parpadeó, creyendo que su expresión era muy adorable.

Aunque Enzo se había esforzado por contenerse, se notó el rastro de disgusto en su expresión. ¿Era esta la hija de él y de Nieve…? César sostenía su copa de vino, meciéndola suavemente.

-Señor Rojas, ¿la cena no es de su gusto?

Él relajó el entrecejo.

-No es eso -dijo, tomando su copa y brindando con César-. Me enteré de que usted consiguió el proyecto de cooperación con Nebula Tecnología de Rivale y planea establecer una sucursal allá.

—Mi esposa trabaja en Rivale. Si estamos separados y nos vemos poco, no es bueno para la relación. —Sonrió

César.

Celiana se puso nerviosa, apretando con fuerza sus cubiertos. De pronto, comentó con sarcasmo:

– Señor Herrera, dicen que su esposa quiere divorciarse de usted, ¿no es así?

—¡Celiana! —Enzo la miró sorprendido.

-Papá, ¡solo digo la verdad! Esa mujer no lo ama en absoluto, solo le importa el dinero.

Su padre apretó su copa, esforzándose por controlar su temperamento.

-Ese es un asunto entre ellos.

Al ver que él no le respondía, Celiana asumió que ella había acertado el resultado. Se alisó el cabello y le lanzó una mirada provocativa, llena de insinuación.

-Señor, hay muchos peces en el mar. ¿Por qué solo ve a una mujer? Le salvé la vida, y usted puede corresponderme el favor casándose conmigo. ¿Qué le parece?

Los meseros a un lado intercambiaron miradas de incredulidad. Habían visto personas descaradas, pero nunca una tan descarada como esa. ¿Acaso la “señorita Rojas” había perdido su cabeza? César estaba casado y ella, no solo lo adulaba descaradamente, sino que además hablaba mal de su esposa y se le ofrecía. ¿Las mujeres que quieren ser amantes eran tan audaces?

César bebió su vino, sín siquiera mirarla.

-Señorita Soto, ¿conseguiste esa experiencia trabajando en clubes nocturnos? Después de convertirte en la señorita Rojas, ¿aún usas esas artimañas para seducir hombres?

La expresión de ella se congeló. Enzo apretó los dientes, cerró los ojos con impotencia y llamó a su asistente, quien se acercó a su lado.

1/2

Capitulo 332

+25 BONUS

-Jefe, ¿en qué puedo ayudarle?

-Llévatela de vuelta a casa.

-¡Papá! ¡Aún no he terminado de comer!

-¡Regresa a casa! ¡Enseguida!

Ella se sobresaltó y se levantó de su asiento de golpe por el grito. Luego, salió tras el asistente. Este le echó un vistazo al semblante sombrío de Enzo. Él se había esforzado tanto por recuperar a su hija, pero le había gritado así… ¿Qué habría dicho la señorita para enfadarlo tanto?

-Señor Rojas, cálmese —dijo César, sirviéndole más vino-. No vale la pena alterarse por una jovencita.

-Lamento por el escándalo, señor. No necesita consolarme. -Enzo había perdido el apetito y dejó de lado los cubiertos. ¡No puedo creer que mi hija haya sido criada de esa manera por sus padres adoptivos!

César acercó su copa a los labios.

—¿Ella realmente es su hija?

Verify captcha to read the content.Verify captcha to read the content

Reading History

No history.

Comments

The readers' comments on the novel: Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró