apitulo 365
Capitulo 365
+25 BONUS
Macarena notó la preocupación de su hija y, conteniendo sus propias emociones, cubrió la mano de Rocío con la suya para consolarla.
-Tal vez no sea tan malo. Después de todo, ella sigue siendo tu cuñada. Mientras no se divorcie de César, aún puedes intentar mejorar tu relación con ella….
-¡Otra vez esas palabras! -Rocío apartó bruscamente su mano, con una irritación palpable-. ¡Siempre me dices que mejoré la relación! ¿Y de qué ha servido? ¡Sabes perfectamente que Cella y yo nos llevamos mal! Y ahora, solo porque es una Rojas, ¿esperas que trague pues mi orgullo para halagarla?
Macarena se quedó sin palabras.
-Rocío, lo hago por tu bien…
-¡Yo creo que lo haces por ti misma!
Rocío se levantó de un salto, dejando el desayuno intacto, y subió corriendo las escaleras. Macarena, herida por sus palabras, arrojó el tenedor sobre la mesa con frustración.
***
Mientras tanto, Sira, al enterarse de que Celiana Soto había sido detenida, supo que su plan se había fracasado. ¡ Y esa idiota inútil debió haber confesado todo! Sabía que ya no podía quedarse más en Rivale. Marcó el número de Izan para solicitar una plaza de prácticas en el extranjero.
Izan estaba charlando con Antonio. Al recibir la llamada de Sira y escuchar su petición, se mostró perplejo.
-Con tu currículum, no necesitas esa plaza. Además, tenía pensado que asumieras mi puesto.
Sira se sorprendió, con un destello de ambición iluminando sus ojos.
-¿Que yo asuma su puesto?
-¿No estás interesada?
-Pero… -dudó ella.
No pudo evitar apretar los puños con fuerza. Ahora ya tenía la fama y la posición que tanto anhelaba al alcance de la mano y estaba tan cerca del éxito… ¿En verdad iba a renunciar a todo en ese momento? ¡No podía aceptarlo!
La conclusión era entonces clara: ella no estaba dispuesta a rendirse. Para Izan, ella era su colaboradora más valiosa. Mientras él la protegiera, y considerando que Celiana no tenía pruebas concretas en su contra, la policía no podría hacerle nada, al menos no de inmediato.
-¡Claro que estoy interesada! -respondió con firmeza.
***
Casi al mismo tiempo, Celia recibió un mensaje de Antonio. Como era de esperar, tras el fallo de Celiana, Sira intentaba huir. Por suerte, ella había ganado el juego: Sira nunca renunciaría a la oportunidad de ascender.
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Capitulo 365
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Celia salió de la cafeteria con su pedido, dispuesta a regresar al hotel. Cuando llegó a la acera, al alzar la mirada, vio un Rolls–Royce estacionado a poca distancia y reconoció la placa al instante: era el auto de César.
Ella se detuvo en seco. Al recordar lo sucedido la noche anterior, apretó la bolsa de café en su mano y se dio la vuelta para marcharse.
-¡Señora!
La voz de Nicole la detuvo. Conteniendo un suspiro, se volvió lentamente y forzó una sonrisa.
—Cuánto tiempo, Nicole. ¿Para qué es lo que me buscas?
No soy yo quien la busca a usted –Nicole hizo un gesto discreto hacia el auto-. Es mi jefe.
-Dicen que se fue al extranjero para recuperarse, ¿no? ¿Por qué regresó tan pronto? ¿Se ha recuperado?
-Perdón, no puedo dar más detalles, pero su viaje al extranjero se pospuso–explicó Nicole bajando la mirada –. Dentro de un tiempo, sí viajará para recibir tratamiento.
-¿Qué tipo de tratamiento?
-Será mejor que se lo pregunte usted misma.
Celia miró hacia la ventana, sin decir nada. Solo después de que Nicole insistiera varias veces, se acercó al vehículo a regañadientes. Dentro del auto, César llevaba un pañuelo cerca a los labios, conteniendo una tos leve. Al ver que ella subía, guardó el pañuelo y adoptó una postura formal.
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