Celia apretó la mano y rio.
-Pero hay condiciones, ¿cierto?
Él se detuvo al abrochar los botones de su traje.
-¿Y si te digo que
no?
-¿Crees que te creería?
César sonrió levemente, con un poco de amargura.
-Y si te digo que sí, ¿aceptarías?
Ella guardó silencio, evitando su mirada. Al notar que solo quería alejarse, él mostró un poco de decepción mientras tomaba su mano por la tensión.
-Mira, sabes que no las aceptarías, ¿para qué me lo preguntaste? Si digo que no hay condiciones, no las habrá. Y si no quieres creerme, no importa.
Celia retiró su mano, mirándolo.
-¿Y cuál es tu intención? Me has ignorado tantos años, ¿no? Esa indiferencia me parece muy bien. Además, cuando defendías, protegías y consentías a Sira y a su hijo, nunca imaginaste lo que te estaría esperando, ¿cierto?
César se tensó por un instante, pero recobró la compostura.
-Celia, te compensaré lo que te debí. —Prometió.
-No me importa tu compensación. Los ojos de Celia se enrojecieron de nuevo-. ¿Tu compensación podrá devolverme a mis padres?
De pronto,
ella se colapsó. Comenzó a golpearlo con locura, desahogándose.
-¡César! ¡Solo quiero divorciarme y nada más! ¿Por qué no puedes dejarme en paz? ¿Crees que no he sufrido lo suficiente? ¿O que aún no soy lo suficientemente miserable? Quieres castigarme, ¿cierto? Por haber alejado a tu amada para casarme contigo, ¿verdad? ¿Pero todo lo que sufrí aún no ha sido suficiente? ¡Entonces mátame! ¡¿Por qué no me matas…?!
ella
Él no esquivó ninguno de esos golpes, ni se defendió, dejándola desahogar su odio. Pero, notó que
ya estaba fuera de control. Cuando ella casi no podía respirar, él extendió la mano para sostenerla.
-¡Celia! -La llamó.
Capitulo 241
+25 BONUS
Celia estaba temblando, sintiéndose terriblemente mal. César la levantó en brazos y salió corriendo para pedir ayuda. El centro de rehabilitación contaba con un servicio de urgencias bien equipado y mantenía conexiones con muchos médicos y expertos de varias clínicas famosas. Ellos también vendrían a Montaña Dorada para realizar consultas.
En una habitación de la sala de urgencias, una enfermera le administró oxígeno a Celia. Ella se sentó en la cama, con su mirada puesta en la ventana, llena de desolación. Al terminar, la enfermera salió de la habitación y se dirigió a César.
-Señor Herrera, le sugiero que la lleve a consultar con el departamento de psicología.
Él entrecerró los ojos.
-¿Departamento de psicología?
– Ella podría estar mostrando signos preliminares de trastorno bipolar. Si sigue así, es muy probable que lastime a otros o a sí misma. 1
Lastimar a otros… Se le encogió el corazón, recordando la vez que ella intentó apuñalar a Sira. Si él no hubiera apartado a Sira, ella la habría matado o habría terminado en la cárcel por intento de homicidio… En ese momento pensó que, si lo lastimaba a él, no la culparía. Incluso si a él le pasaba algo aún peor. Pero con los demás, no podía garantizarlo.
Después de que la enfermera se fuera, permaneció mucho tiempo parado frente a la puerta sin entrar. Luego, marcó el número de Nicole.
***
Cuando Nicole abrió la puerta de la habitación, Celia ya se había calmado. Pensando que quien entraba era César, no quiso voltear a mirarlo.
-¿Ya me puedo ir? -preguntó ella.
-Por supuesto, la acompañaré de regreso.
Ella se sorprendió y luego la miró.
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