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Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró novel Chapter 305

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Capítulo 305

Capítulo 305

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Celia parpadeó, confundida. Percibió con claridad el gran descontento que Teo sentía hacia ella. Justo cuando estaba a punto de decir algo, César abrió la puerta y entró, interviniendo con voz grave.

-Sí, ella es mi esposa. Señor Gómez, por favor, eduque bien a su hijo y haga que se aleje de la esposa ajena.

Al verlo, Teo no pudo evitar recordar a Víctor, y su expresión se ensombreció todavía más.

-Conozco bien a mi hijo. Creo que necesitas vigilar más a tu propia esposa.

-Papá, por favor, no sigas.

-¿Y qué si lo hago?

-Teo, creo que no es para tanto, ¿cierto? -Adela intentó tranquilizarlo.

Teo apretó los puños y las venas en los dorsos de sus manos sobresalieron.

-¿No es para tanto? ¿Crees que soy demasiado duro con los Herrera? —gritó.

-¡Ya basta! -Adela también estaba furiosa y salió cerrando la puerta con un portazo.

El intenso silencio se apoderó nuevamente de la habitación. Celia tomó aire profundamente y decidió no quedarse allí por más tiempo.

-Les dejo el espacio —dijo incómoda y salió sin más. 1

César les dirigió al padre e hijo una mirada y también se fue con calma. Celia estaba esperando el ascensor y él se detuvo detrás de ella.

-Hay conflictos entre Teo y mi padre. No tomes sus palabras a pecho.

Ella respondió sin volverse:

-No las tomo a pecho.

Si tuviera que internalizar cada palabra hiriente, habría muerto de los sufrimientos. Al entrar al ascensor, él le preguntó:

-¿Te importa tanto él?

Ella no esperó esta pregunta. Sin pensarlo dos veces, le respondió con naturalidad:

-¿No puedo preocuparme por un amigo?

Dicho esto, giró la cabeza para mirarlo.

-Y , señor Herrera, no te metas en lo que no te importa.

Al llegar al piso, ella salió del ascensor. César la siguió de un paso, tomó su brazo y la giró para que lo mirara.

-Tú lo ves como un amigo, pero ¿es eso lo que él piensa?

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Capítulo 305

-¿Qué quieres decir con eso? -Celia no entendió su pregunta.

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-Celia, soy hombre y entiendo mejor que a los hombres -él se inclinó ligeramente hacia ella-. Entre hombres y mujeres, no existe una amistad pura. 1

Celia apretó los labios y liberó su brazo de su agarre.

-Cierto, en el pasado, después de terminar con Sira, también me decías que ella era solo tu amiga, ¿no es así? Al menos Nicolás y yo no hemos llegado a ese punto como ella y .

Estas palabras le causaron a César un agudo dolor de corazón y su cara se nubló.

-¿Tienes que mencionar el pasado?

-Acaso si no lo menciono, ¿ya no existe? -Celia sonrió irónicamente-. Te molesta que me acerque a Nicolás, ¿ cierto? Cuando y Sira coqueteaban en el hospital, ¡tampoco consideraste mis sentimientos!

Él permaneció erguido, con sus ojos tan oscuros como un abismo profundo.

-Ni siquiera has experimentado una milésima parte de lo que yo viví, ¿y ya no lo soportas?

Los labios delgados de César se movieron levemente.

-Entonces, ¿es un castigo para ?

Ella guardó silencio. Se dio la vuelta para a irse, pero él le bloqueó el camino con el brazo, acercándose.

-Dime. ¿Lo es?

Celia lo apartó.

-¿Por qué debo castigarte? No soy tan ociosa.

Dicho esto, se alejó con paso rápido. Él observó su figura y sonrió en silencio. Para ser honesto, él preferiría que fuera un castigo.

***

Después de transferir cien mil dólares a Sira, Celiana regresó a casa con la tarjeta ya al anochecer.

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